Después de un largo tiempo, ella y él se volvieron a encontrar. Era un café que solían frecuentar con aspecto de jardín, al aire libre, luces colgantes, paredes en ladrillos (era un cálido lugar). Sus miradas se volvieron a encontrar y dentro de ellos fue como un salto repentino que les hizo sentir ese cosquilleo que una vez existió.
Él dijo: - Hola, ¿Cómo estás?
Ella respondió: - Hola, que sorpresa verte aquí (sus ojos brillaban como la primera vez en la que se vieron, solo que habían pasado muchas lunas desde la noche en la que se separaron, pero al parecer ese no sé qué, seguía igual).
El pregunto: -¿viniste sola?
Ella respondió: - si ¿y tú?
El respondió: -Si
Era como si la vida misma hubiera planificado para que sucediera aquel reencuentro.
Ella le dijo:- si deseas me puedes acompañar en la mesa.
A lo que él respondió sin titubear: -sería un placer.
Se sentaron juntos a la mesa, aquella que tiempo atrás se había convertido en su rincón de largas horas de charlas, hasta que les cerraban el lugar, aquella que muchas otras se convirtió en testigo de innumerables promesas de amor, que el tiempo al parecer no había borrado, pero que el destino había conspirado para que no fueran realidad. Después de tomarse cada uno una refrescante sangría, comer algunas tapas propias del lugar, reírse a carcajadas, hacerse reproches y uno que otro chiste sarcástico, en el fondo empezó a sonar aquella canción que una vez les quitaba el sueño en las noches de insomnio y los llevaba a recordarse uno al otro.
Ella escucho en el fondo y dijo: -¿No es esa…? A lo que el la interrumpió y contestó:- sí, esa es nuestra canción. ¿Cómo olvidarla?
Ambos rieron- jajajaja
Él le pregunto:- ¿la bailarías conmigo?
Ella respondió:- creo que aún recuerdo como se baila.
Ambos rieron nuevamente y se pararon lentamente de la silla, para dirigirse a un pequeño espacio cerca de las luces colgantes que les permitiría bailar. La noche era templada, llena de estrellas, la luna hacia su mejor aparición completamente llena y hermosa. El la tomó suavemente por la cintura acercándola a él y ella recostó su cabeza de su hombro para moverse al compás de la música.
Bailaban como si todo había sido olvidado, como si el tiempo no hubiera pasado, como si nunca se hubieran separado.
El le susurró con un tono casi tímido:- una parte de mi aún sigue aferrándose
Ella preguntó:- ¿Todavía te importa?
El respondió:- supongo que todavía me importa y agregó: - ¿En qué momento nos perdimos? ¿Cómo pasó todo esto?
Ella dijo: estaba tan asustada de afrontar mis miedos... pero tu voz sigue sonando como una canción. Me hace sentir que todo estará bien.
El dijo:- sé que es difícil recuperar todo lo que hemos pasado y sé que hoy somos personas diferentes, pero en mi corazón sigues estando presente. ¿Todavía te importa?
Ella respondió:- supongo que todavía me importa…
CONTINUARÀ…
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