Cuarentena, una palabra que parece sacada de una película de ciencia ficción o de la época de la peste negra en el siglo XIV.
Hacia tanto tiempo que no escribía en el blog, que siento había olvidado la sensación de éxtasis que provocaba en mi cuerpo. Amo transmitir historias que te puedan ayudar a ver la vida con ojos de aprendizaje y crecimiento, pero, a veces, solo a veces, la brújula se distorsiona y nos lleva a caminar por sendas que no esperábamos estar. Esa manía loca de nosotros como humanos de trazar lineas rectas en nuestras vidas y no entender que el camino esta cargado de tantas altas y bajas que nos llevaran a descubrir quien somos y que REALMENTE deseamos en la vida. Sin embargo estoy aquí, volviendo a sentir esta sensación en mis dedos de las teclas del computador, como si se tratase de la primera vez.
Estoy en casa desde el 15 de marzo y hoy justo cuando escribo este post es 29 de mayo, 2 meses y pico después.
Cuando inició todo esto del Covid19 en realidad estaba muy escéptica con el tema, no me creía mucho todo este alboroto mundial y entendía que en unos 15 días estaría de vuelta a mi vida rutinaria y listísimo. Todo chévere. PUES NOOOO, no fue así.
A medida que el tiempo pasaba, todo este encierro (una mujer que siempre se consideró un alma libre) ya me estaba afectando. Empezó a embargarme este sentimiento de tristeza y no sabía por qué. Estaba empezando a perder la conciliación del sueño, cuando yo solo de ver la almohada ya me dormía.
- ¿Qué te pasa? Me preguntaba.
Aquella mujer invencible que parecía nada derribarla, que había sobrepasado tantas dificultades internas y externas, que era fuerza para otros, esa mujer, parecía quedarse cada día sin fuerzas. El aislamiento social, la incertidumbre del día a día, las exigencias del home work y las de la casa, el tratar de crear una rutina productiva, mantenerme creando contenido para el blog, las diferencias conyugales, todo aquello, se robaba mi energía y me dejaba con un panorama un poco confuso por delante.
Empecé a sentirme desconectada de mí misma y me adentré en un camino que de seguirlo, parecía sin salida.
Dime por favor como te has sentido. No me dejes con la intriga de que solo he sido yo. ¿Cómo has sentido tus emociones en cuarentena? ¿Presas? gritando tras los barrotes de la inseguridad, la duda, la incertidumbre, el pesar por el por venir. Dime que no solo he sido yo.
Este "Nuevo Normal" del cual no me pretendo aferrar, ha venido a tirar las cartas en la mesa y dejarnos la pregunta: ¿Qué harás? ¿De ahora en adelante, en quien te convertirás? no te miento si te digo que en algunos días no he sabido responder, pero hoy, hoy te quiero decir QUIEN SERÉ:
1- Seré la mujer que soñé ser en 2020: Quizás creas que por todo este desastre que vivimos a nivel mundial no serás o debas ser la mujer u hombre que soñaste ser para este año, pero, ¿QUÉ LO IMPIDE? ¿Un virus que se hace llamar pandemia? el mayor crecimiento de un ser humano está en lo que hay dentro de ellos. No en lo que una circunstancia determina debe de ser en su vida.
2- Seré la hija de Dios que soñé para este 2020: aveces arriba, a veces abajo, si, pero no me detengo. Mi vida espiritual y crecer espiritualmente es una de la cosas mas importantes de ,i vida y sé, que sé, que sé, que sin importar las circunstancias, alcanzaré esta plenitud espiritual que me propuse este 2020.
Se que nuestras emociones en medio de todo esto son una especie de montaña rusa, que suben y bajan, pero hoy quiero decirte que nada, ni lo alto, ni lo profundo, ni ángeles, ni principados, ni gobernadores celestes, ni la vida, ni la muerte, NADA, te podrá separar del amor de Dios. Y que este tiempo de pandemia, de virus, de aislamiento, pueda servir para de una vez y por todas, logres encontrar tu camino: tu camino a la grandeza, a la libertad, a la verdad, a la vida, a la plenitud, que aunque este 2020 muestre un panorama diferente al que soñaste, sepas, que Dios está de tu lado y que te sostiene de tu mano derecha, y que te ayuda.
Por favor,
¡NO TE RINDAS! saldremos de esta,
con amor,
Lola.
Comments