La vida es como una montaña rusa o mejor aún, como dijo un amigo una vez; la vida es un electrocardiograma que sube y baja como los latidos del corazón. Si la línea siempre fuera recta, entonces quiere decir que no hay pulso y estamos muertos. Cuando escuché esto me detuve y pensé: sin esos momentos de altas y bajas en nuestras vidas, el vivir no tendría sentido, y solo allí pude entender que la mayoría de lo que sentimos en nuestro interior o lo que permitimos sentir muchas veces es una decisión nuestra.
Por mucho tiempo sentimientos de tristeza, depresión, ira, frustración, miedo, ansiedad, falta de fe, invadían mi mente y mi corazón. Era como si solo un milagro del cielo los pudiera sacar de mí, como si al final tendría que resignarme a hacerlos parte de mi vida. ¡Pero no! ¡No era así! En mi corazón había algo que gritaba: ¡QUIERO SER FELIZ! ¡QUIERO VIVIR Y HACERLO A PLENITUD! Y a pesar que dentro de mí anhelaba todo aquello, era como si dos personas en mi interior se enfrentaban luchando por ganar.
¡Un día toque fondo! Recuerdo que dure unas 2 semanas con una profunda tristeza en mi corazón porque veía que las cosas que deseaba no iban acorde a lo que pasaba en la realidad y a mí alrededor. Era como si todo conspiraba para que aquello que deseaba no se diera en mi vida. ¡HASTA QUE ME CANSE! Y entendí que no podía cambiar esa realidad en mi vida, pero si la manera en la que me sentía respecto a ella.
Y así fue como un día desperté decidiendo ser feliz, por encima de lo que mis ojos pudieran ver, por encima de lo que mi corazón sentía y quería, por encima ¡DE TODO! Y quiero que sepas que fue la mejor decisión que tome en ese momento. Era increíble como por una DECISIÓN todo mi cuerpo se alineaba para que yo me sintiera bien, para que mi corazón saltara de alegría, de gozo. Fue increíble sentirme tan bien, tan llena de vida en medio del caos que pasaba en mi interior.
No tengo idea por cual situación estés pasando ahora, pero tu si lo sabes. Solo quiero decirte ¡SI SE PUEDE!, se puede sonreír en medio del dolor, se puede ver el día mas claro en medio de la tormenta, las estrellas pueden brillar en medio de la oscura noche, puedes dar amor a otros en medio de tu desesperanza, puedes escoger ser feliz en medio de la tristeza.
¡Yo lo escogí y por eso hoy te escribo a ti!
Y tú, ¿Qué harás?
Un abrazo,
Lola
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